La curiosidad a la que me refiero en la entrada de hoy es un descubrimiento…inquietante. Observando los Aeoniums haworthii (cosa que hace semanas que no hacía) he notado una extraña formación en una de las ramas. Lo prometo que he pensado es que se había formado una agalla pero yo, personalmente, no tengo constancia de que se puedan desarrollar en las suculentas (aunque todo se andará). Al ponerme las gafotas y acercarme un poco más, la sorpresa ha sido mayúscula:
Esto que se ve es un nido de avispa alfarera del que ya ha salido la cría que albergaba. De vez en cuando veo nidos de estos por aquí pero siempre construidos sobre las paredes o los techos, nunca lo había visto sobre un soporte tan precario. Ni que decir tiene que no me ha hecho ni pizca de gracia, clar o...