Euphorbia gorgonis
Siempre me ha llamado la atención que los taxónomos le hayan gastado una broma pesada a la mitología griega y hayan llamado al grupo de las Euphorbias con forma de pulpo medusoides en lugar de gorgonoides y que a la E. gorgonis no la hayan llamado medusis o algo así. En cualquier caso, la gorgonis hace honor a su nombre y deja petrificado a todo aquel que la mira por lo bonita que es. Este año, además, ha echado florecitas. ¡Si me descuido me las pierdo!.
Euphorbia mammillaris x obesa
Ha tardado un poco más que su ascendiente, la E. obesa, pero aquí están sus ciátides, que acuden puntuales a su cita con el inicio del verano.
Un concurso. ¿Alguien adivina qué es?.
Es difícil, lo reconozco. Incluso a mí me ha costado darme cuenta de que esta curiosa estructura es una vaina de semillas abierta. Es la primera vez que una Haworthia me da semillas, de hecho no sé si es que se ha autofertilizado o que se ha politizado de forma cruzada con alguna otra que estaba en flor por la misma época. El caso es que a lo mejor me encuentro el año que viene varios cactus adornados con plantulitas de H. xyphiophylla o híbridos de ésta.
Delosperma echinatum
Esta pequeñaja de aspecto pintoresco fue un hallazgo totalmente casual y ha resultado ser sencillísima de cuidar y de floración facilona. Ni necesita mucha agua, ni necesita mucho sol, ni necesita que le hagan caso. Va totalmente a su rollo.
Y unas flores evidentemente macroscópicas.
Las del Thelocactus rinconensis, mucho más grandes y rosas de lo que esperaba. ¡Preciosas!. El truco, el que ya he comentado: un poco más de agua y un poco más de sol.
Eriosyce paucicostata
Là voilà, ses fleurs!. Desde luego, cuando se ponen, se ponen.
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