De capricho

Reconozco que esta compra ha sido un capricho autoconsentido. Aunque sigo pensando que los Echinopsis no son mis cactus favoritos, de tanto en tanto caigo en la tentación y me traigo uno, bien porque lo encuentro arrebatador, bien porque no puedo resistirme a disfrutar de sus enormes y fragantes flores nocturnas. En este caso, el motivo han sido las preciosas espinas de hasta 6 cm que le adornan, aunque la foto, que es como de ficha policial, no le hace justicia ni muchísimo menos. La verdad es que es un ejemplar de un tamaño que comienza a ser respetable para ser una planta de vivero; para que os hagáis una idea, el tiesto de la foto es de 12, así que tranquilamente puede tener 10 cm de diámetro.
Las plantas originarias de la mitad meridional del Cono Sur no se me dan mal, así que espero que prospere y poder disfrutar de él muchos años. Hoy me dedicaré a trasplantarlo y dejarlo en condiciones para pasar el invierno.

Echinopsis leucantha

Y como se acerca el 31 de Octubre y toca respetar las costumbres locales, me he entretenido fabricando panellets, que son 99.9% de origen vegetal y no desentonan con la temática del blog. Que no se diga.

* un apunte cotilla: muchas veces, después de escribir una entrada en el blog me paseo por los blogs de mis "vecinos", esos que aparecen cuando se clicka sobre "siguiente blog". Por alguna razón que desconozco los blogs que van a continuación del mío van cambiando de un día a otro. Generalmente suelen ser estadounidenses (supongo que debido a que USA es un gran productor de bloggeros) pero hoy, sorpresa, sorpresa, mis vecinos son nuestros compañeros de tragedia económica: griegos.

Prueba superada

Tras una hora larga y dos mil picotazos, el trasplante del Echinopsis parece haber sido un éxito. 

Llegados a este punto, hay que rendirle un sentido homenaje a la pobre manopla de cocina, que es la que se ha llevado la peor parte como se puede ver. Ahora mismo está en las tripas de la lavadora, a ver si consigo recuperarla.