Una forma diferente de ver la primavera

En lugar de llenar la entrada de flores (que sí que las voy a poner, faltaría plus), voy a abrir la entrada con fotos de unas plantas a las que tengo muchísimo cariño pero que no enseño casi nunca. Se trata de los Lithops, esas diminutas piedras vivas tan discretas como fascinantes que a muchos nos tienen robado el corazón. Cuando llega la primavera al hemisferio norte, los Lithops comienzan el periodo de muda anual: las hojas viejas, antes de secarse y morir, alimentan al par nuevo que da continuidad a la planta un año más. Este año hay, al menos, tres ejemplares que doblan el número de hojas. Las hojas de estos últimos serán más pequeñas pero aumentan el tamaño de la población y duplican la probabilidad de supervivencia.
Cuando comienza la muda se recomienda no darles agua. Yo, voluntariamente, no las he regado pero sí que han recibido parte de los chaparrones que nos han caído este mes de Abril y, sinceramente, creo que les ha ido estupendamente. De hecho, lo que llevo observando desde que los tengo (y algunos ya hace 4 años que están conmigo) es que una rociadita discreta les anima a empezar la muda y, si se detiene el proceso, una segunda ducha ligera les anima a terminarla. Como siempre, llevando la contraria...

 

Y, ahora sí, flores.

Una panorámica de una de las bandejas: lo que no está en flor, está lleno de capullos.

Mammillaria carmenae
Ya sé que os la he enseñado unas 3000 veces pero es que siento debilidad por ella. Es, con diferencia, la carmenae que tiene las flores más bonitas.

Oscularia deltoides

Graptopetalum rusbyi

Aeonium haworthii

Sedum nussbaumerianum

Thelocactus rinconensis

Mammillaria carmenae rubra

Mammillaria zeilmanniana