Un blog para hablar de plantas. Y para irse por las ramas si fuese menester...

martes, 8 de mayo de 2012

Belle de nuit

Reconozco que esta planta debería haber inaugurado el blog porque es la primera que florece todos los años. En cuanto asoman esos capullos en forma de cabeza de cerilla sabemos que el invierno toca a su fin; si no se está al tanto es fácil pasar por alto las florecillas porque se abren a última hora de la tarde y permanecen así hasta la madrugada. No creo que la primavera cuente con otro heraldo más pequeño, discreto y agradecido.

Neohenricia sibettii 


Esta diminuta planta está activa en las épocas templadas. Es de crecimiento lento y requerimientos mínimos. La tengo en semisombra (luz solar directa la primera mitad de la mañana, sombra luminosa el resto del día), con riegos escasos ocasionales y abono en cantidades muy discretas y una mezcla de sustrato en la que domina la arena y la gravilla fina sobre el componente orgánico. En invierno si veo que se arruga mucho, la riego superficialmente.

¡Por fin!.


Hoy se han dado las condiciones ideales de luz y calor mantenido y, por fín, la flor del Pleiospilos nelii se ha abierto del todo. Y, mejor aún, ¡la he pillado!. Es tal la alegría que llevo en el cuerpo que le vamos a poner un trocito de Isn't She Lovely, aquella canción de Stevie Wonder que formaba parte de la banda sonora de "La mujer de rojo", como seguro que recordarán algunos de los que ya no son tan Junior.

Isn't she pretty? 
Truly the angel's best Boy, 
I'm so happy 
We have been heaven blessed 


Pleiospilos nelii



Un poco de Doctor Planta.


Un género tan fascinante como poco asequible para los que vamos cortos de espacio es Agave. A nadie se le escapa que la mayoría de los integrantes de este género alcanzan dimensiones casi épicas, de manera que son difíciles de acomodar en un balcón de 6 metros cuadrados. Entre los pocos parientes enanos con los que cuenta está Agave potatorum, que es una especie que no suelo encontrar en los establecimientos que frecuento. Hace cosa de dos años me traje uno de un conocido productor especializado de la provincia de Gerona. Ni que decir tiene que andaba pegando botes de alegría con semejante trofeo de caza así que tras una lucha sin cuartel con las espinas asesinas que tiene en los bordes de las hojas, conseguí acomodarlo en un tiesto de proporciones adecuadas. Llevo meses observándolo y viendo con preocupación los escasos (por no decir nulos) progresos que ha ido haciendo. Hace unos días me decidí a enfrentarme de nuevo a las espinas parapetándome la mano con un guante de horno (no sé qué sería de la jardinería sin las pinzas de barbacoa, los cuchillos de cocina y los guantes de horno)  para averiguar el origen de semejante fracaso y, como no podía ser de otra manera, a la que lo saqué del tiesto quedó bien patente el motivo: pérdida total de raíces. ¡No había conseguido arraigar y el tío ha estado viviendo de sí mismo durante dos años!. Le recorté toda la hojarasca seca, parte del tronco y lo puse a enraizar dentro de casa. Esta mañana me ha dado por revisarle de nuevo los bajos y me he encontrado con   dos cosas: yemas de raíz (¡yupi!) y pelusa de hongos (¡maldición!). La foto es horrible, lo sé.





Sólo tenía dos opciones, recortar el tronco o tratarlo. Como me joroba perder las yemas de raíces y la infección es superficial he decidido untarlo con pasta de óxido de cobre y sustituir el sustrato por otro limpio. A ver si hay suerte.




Un consejillo. Si alguien usa sales de cobre como antifúgico que recuerde que no es nocivo para el medio ambiente pero puede causar intoxicaciones en el ser humano, así que no está de más preparar la suspensión de cobre en un recipiente plástico que sólo se use para esta finalidad, guardarlo todo (el cobre, y los útiles que se hayan empleado para prepararlo o aplicarlo) fuera del alcance de quien no sepa lo que es (niños y no tan niños), usar guantes y lavarse cuidadosamente las manos después de manipularlo.

Para terminar. 


Un poco de hedonismo. La vara floral terminal de una Phalaenosis pelórica que me hace compañía cuando me siento al ordenador. Las flores son preciosas pero que la vara haya salido del ápex es mala señal. A ver si tengo la fortuna de que eche keikis antes de pasar a mejor vida.




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