Un blog para hablar de plantas. Y para irse por las ramas si fuese menester...

jueves, 17 de mayo de 2012

Flores son amores y pulgones, dolores



Pues sí, el despertar de las plantas, guste o no guste, suele venir acompañado de la reaparición de las plagas, pertinaces como la sequía. Además de las cochinillas, los pulgones nos traen de cabeza a los amantes de las suculentas. Aparecen de la nada parasitando las varas florales y, si no se eliminan, acaban invadiendo partes más sensibles de nuestras plantas.


Lo malo no son los pulgones en sí, que quedan feos y acaban cargándose las varas, sino que su melaza acaba siendo el caldo de cultivo ideal para la Negrilla y eso sí que es un problema. Para los que tienen jardín o plantas a ras de tierra, además, son un auténtico imán para las molestas hormigas. Hoy he salido al balcón y ha sido tal el grado de horripilación que me ha entrado que he decidido aplicar el pulgonicida más eficaz que conozco. Este:


Antes de que la cosa vaya a mayores he practicado la cirugía radical con todas las varas florales de todas las plantas afectadas y he fumigado ligeramente las hojas de una Echeveria agavoides que tenía algunos pulgoncillos descarriados a la busca y captura de nuevos pastos. Da pena cortar las varas, es cierto, pero mi objetivo no es conseguir semillas sino mantener las plantas lo más sanas y robustas que sea posible.

Nunca te acostarás sin saber una cosa más.


Nunca les he prestado demasiada atención a las Rebutias ni a las Lovibias. Una especie de regla tácita a la hora de adquirir nuevos ejemplares siempre fue que me tenía que gustar la planta en sí, no sus flores, porque es la planta lo que disfruto durante todo el año. Si un cactus bonito, además, tiene unas flores preciosas y fragantes, mejor, pero ese nunca había sido el objetivo principal. La mayoría de las Lovibias y Rebutias que se me han cruzado en el camino hasta ahora tenían unos cuerpos que nunca me han parecido especialmente atractivos y eso ha hecho que pasara por alto estos géneros.

El año pasado compré un poco al tuntún un tiesto amacolladísimo de un cactus globular que me pareció muy apañado y, sin pensarlo mucho, lo clasifiqué automáticamente como Rebutia; la intención era identificarlo cuando diese flores o cuando tuviera un rato tonto. El hecho es que, a raíz de un comentario que me acaban de hacer (gracias, Santi) caigo en la cuenta de que la tal Rebutia no puede serlo porque, como me han dicho, tiene los capullos peludos como cocos tropicales y nacen de la base del cuerpo. Esto me ha llevado a mirar la página de V. Bueno, reconocido y respetado experto nacional en el género y a darme cuenta de tooooooooooooooodo lo que me queda por aprender. Si no siquiera soy capaz de reconocer un género ¿cómo pretendo llegar a la especie?.  También creo que ha llegado el momento de desempolvar el libro Lovibia de Rausch (tal vez un poco anticuado en lo que a taxonomía se refiere pero con unas fotos estupendas) y de aprender alemán para poder entender lo que pone.

Bienvenido.


¡Bienvenido Bololoch, me hace mucha ilusión tenerte por aquí!.

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