A diferencia de ayer, hoy hemos sido bendecidos con una preciosa mañana soleada, perfecta para disfrutar del espectáculo de los aviones en la playa. Como era previsible que quedaran restos de humedad en el arena después del chaparronazo de ayer, en vez de toallas hemos llevado esterillas de camping, mucho más confortables, aislantes y fáciles de limpiar.
La edición de este año de la Festa del Cel se ha caracterizado por la austeridad. Con el asunto de los recortes y las crisis no ha habido participación de patrullas de cazas militares (con la notable excepción de la Patrulla Aspa, que no es de cazas sino de helicópteros), así que este año han apostado por las espectaculares exhibiciones acrobáticas a cargo de Nikolas Ivanoff, el Sweep Team y el equipo Bravo 3 Repsol (todos ellos fabulosos), aviones de los cuerpos de emergencias locales y aviones clásicos, bestias de combate de la II Guerra Mundial hasta la Guerra de Corea, de vuelo no tan llamativo como el de los cazas modernos pero a los que siempre es un placer ver y, sobre todo, oír rugir. Es impresionante ver la agilidad y la elegancia que demuestran en el aire los aviones antiguos que vimos ayer en Sabadell. Pocas fotos he podido salvar de la serie que he hecho. No calculé bien la batería de la cámara y se agotó a media sesión (este año habrá que negociar con los Reyes Majos una batería de recambio), el estabilizador del objetivo estaba desconectado (lo que significa nitidez cero en fotos a larga distancia y en movimiento) y, como este año el show se programó por la mañana, el sol estaba en una posición poco favorable. Tengo la cámara gafada...
Esta vez, al menos, no sólo no olvidé la tarjeta gráfica en casa sino que, incluso, me llevé una de repuesto. No obstante estas son las notas a tener en cuenta para el año que viene. Hay que acordarse de:
- Llevar una batería de recambio cargada o, en su defecto, comprobar el día anterior que la que está en uso está suficientemente llena.
- Llevar una buena gorra con visera (menuda insolación que hemos agarrado).
- Armarse de pañitos de los de limpiar gafas y de brocha de limpiar lentes (que vaya cómo se quedan las lentes con el salitre. Suerte que llevo un filtro desmontable para proteger el objetivo pero no veas lo que me ha costado devolverle la transparencia).
- Llevar un poco de paciencia para aguantar a los desconsiderados que te ven en el suelo con una cámara haciendo fotos y, aún así, se ponen delante tuyo (porque será que no hay más sitio para ponerse en una playa enorme y medio vacía) impidiéndote hacer fotos que no sea las de sus cogotes.
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