Un blog para hablar de plantas. Y para irse por las ramas si fuese menester...

lunes, 7 de mayo de 2012

Lunes en blanco.

Comienza la 19ª semana de este año bisiesto que nos ha tocado en suerte y, para salir de la rutina, vamos a volver la mirada hacia las cosas blancas.

Hoy ha comenzado a florecer en blanco la Mammilaria carmenae rubrispina, uniéndose así a las otras dos de espinas más claras y flor rosa. Es la primera vez que lo hace desde que la tengo, se ve que cambiarla de ubicación le ha sentado bien. Pues nada, otra que ha encontrado un sitio definitivo.



Después del éxtasis floral ha tocado volver a la cruda realidad. En primavera se despiertan las plantas y sus correspondientes plagas. En un sitio donde se amontonan plantas suculentas, evidentemente la plaga estrella es la cochinilla algodonosa así que, antes de que es extienda por todas partes, me he dedicado a limpiar unas cuantas -verias (Pachys y Graptos, que por lo visto son las más sabrosas para ellas) y las varas florales de las orquídeas armándome de paciencia y tecnología de última generación.


Un inciso. Reflexiones sobre ubicación (I). 

Cambiar la Mammillaria carmenae rubrispina de sitio y llenarse de capullos ha sido todo uno, así que voy a aprovechar para hacer unos apuntes caseros sobre ubicación de plantas. 
Además de comprar de forma más o menos compulsiva cactus y suculentas, procuro tomarme la molestia de averiguar qué condiciones de cultivo les va mejor a cada una de ellas. Beber de una única fuente de información no suele ser una buena política cuando se quiere reunir información más o menos fiable y con una cierta perspectiva así que, además de leer literatura medianamente rigurosa relacionada con el tema (ocupación derivada de otra de mis compulsiones, acumular libros), intento aprender de la experiencia ajena a base de preguntar y recabar opiniones de otros coleccionistas y así tengo un punto de apoyo más o menos sólido para empezar con cada planta nueva. No obstante, al final lo que acaba mandando es la propia experiencia (adquirida a base de ensayo y muuuuuucho error).

Tengo cactus dispuestos en dos tipos de ubicaciones: 
         - a la intemperie pero atechados por el suelo del balcón del piso superior, de manera que apenas se mojan con la lluvia pero sufren bastante el efecto del frío, el viento y el sol (dentro de lo que cabe porque están orientados al Norte y de sol ven más bien poco y en foto).
         - dentro de una cajonera fría colocada en la esquina más soleada del balcón. Funciona como un mini-invernadero. Representa una protección adicional contra la lluvia, proporciona calor extra en verano y protege un poco del frío en invierno. En invierno no la dejo cerrada del todo para que circule un mínimo de aire y evitar problemas mayores; en verano se queda con el 50% del techo descubierto para evitar que aquello se convierta en una olla de caldo.

Al principio me empeñé en apilarlo todo dentro del invernaderito pero pronto tuve que desistir. Un metro cuadrado da para lo que da y no da para más. Lo siguiente fue dejar dentro los cactus que más me gustan con la idea de tenerlos más controlados y reducir el riesgo de pérdidas. Resultado: ni los controlo más ni pierdo menos ni consigo los fabulosos resultados que tan felizmente me prometía con el invernadero. Después de dos años y pico empiezo ver con claridad meridiana que el invernaderito es muy útil en unas situaciones pero no en otras. Me explico:
        -A las Mammillarias no les gusta NADA estar allí adentro. No deben tener suficiente circulación de aire y no florecen ni por equivocación. Necesitan estar en el exterior llueva, nieve o haga sol. Son así de campestres.
       - Los Eriosyce y los Turbinicarpus parecen bastante encantados de vivir bajo techo: prosperan, están gordos y lustrosos y florean todos los años. Algún turbi ha pillado araña roja, cortesía de una Lophophora que tienen de vecina que también pasa el invierno a cubierto. Otros años la saco al exterior en cuanto empieza a hacer bueno y, a la que sale, le falta tiempo para ponerse a florecer. Este año, con esta primavera de quita y pon que llevamos, no lo he sacado y, evidentemente, dice que las flores las va a dar Rita. Conclusión: Lophophoras fuera con el buen tiempo.
       - Las Copiapoa también prosperan aunque a su propio ritmo (lo que viene siendo despacio, vamos). No florecen pero como son muy pequeñas voy a creerme que no han alcanzado el tamaño adecuado. En cualquier caso tengo una a la intemperie por si acaso...
       - Los Gymnos...comme ci- comme ça. Florecen el baldianum y el ragonesei (que florecerían igualmente así crecieran en la cabeza de un tiñoso como diría mi madre), los saglionis siguen resistiendose (aunque me temo que eso se debe más a un problema con el pH del agua y el sustrato que a otra cosa) y el resto, ahí está, ni p'alante ni p'atrás.  

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